antes de dejar Xalapa - 2 parte

Regarlas. Mirarlas. Quitarles los horrendos
peludos "chingahuates" que les comian las hojas.
Ponerme contenta cuando habia sol y cuando después
caìa una lluvia de verano, que les hacia casi
sonreir de alegria!.Tratar de dejarlas crecer en
plena libertad, casi salvaje, como yo.
Muy de vez en cuando un jardinero para cortar un
pedacito de pasto.
Mis ninos, mis amigos, todos y
todas a quienes quiero, en algùn momento pisaron
este pequeno jardin.
Me acuerdo que lo que màs les gustaba
era la capuchina que siempre tenìa el piso
atapetado de morado.
Feliz, vanidosa por ser tan
bella, de escuchar tantos elogios!

Pero una noche soplò un viento terrible-
tempestad, huracàn, que sé yo!
Voy corriendo en la manana
a ver si algo le pasò a mi jardincito
y oh! tristeza, la capuchina habìa caìdo!
Estaba totalmente caìda...