AL RITMO DE UN RECONOCIMIENTO
Todo es ritmo, dice Myra, todo tiene un
ritmo.
Al
ritmo de la inseguridad, cuando era niña, salió de Rumania rumbo a Brasil donde
un ritmo fluía implacable, y cuando se metió en su corazón la condujo hacia
México. Hasta entonces, su vocación de artista se manifestaba en deseos por
aprender técnicas que la acercaran a estilos o escuelas de las que oía hablar,
y se empeñaba en expresarse con trabajos diversos hechos mediante diferentes técnicas
y materiales.
En
1959 dejó atrás Río de Janeiro, con los recuerdos del Congreso Mundial de Arte
y Arquitectura y la Bienal
de Sao Paolo; allá quedó Brasilia, recién fundada, nueva, monótona por sus
casas de arquitectura y color uniformes, despoblada de tradiciones. Se asomó a
una serie de proyectos culturales para América Latina, al lado ya de Miguel
Salas Anzures, quien promovió la Primera Bienal Latinoamericana que años después
tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.
Qué tiempo
Myra, qué ritmo. La pintura, la escultura, el teatro, la poesía, la literatura,
colmaban muchas aspiraciones de los creadores como de quienes se beneficiaban
con el goce de la belleza creada, en México y en el extranjero. Como era natural
en este país, se fundaron instituciones culturales de gran valor por hombres
sensibles y visionarios, de la calidad de su compañero Miguel. Los creadores no
cesaban de producir, así quienes trabajaban con la convicción de hacer arte
revolucionario como quienes aspiraban hacerlo “sin etiquetas”. El Estado
mexicano era el gran promotor de las actividades culturales; tradición que aún
practica el gobierno veracruzano.
Invitada por la Universidad Veracruzana ,
en 1972 dejó la Ciudad
de México para trabajar y vivir en Xalapa, integrada en el equipo de la actual
Facultad de Artes Plásticas, donde se jubiló.
Si en
lugar de decir que vivía poseída por el ritmo veracruzano, digo que traía la jiribilla, posiblemente no pase nada, puesto
que vive en Roma; en cambio, sí permite comprender cómo en la playa de Tecolutla,
jugando a rayar la arena con el ir y venir controlados de una vara que ahí
encontró tirada, al ritmo de las olas y el trajín de los turistas, visualizó lo
que deseaba crear: líneas armónicas en diversos sentidos encontradas al confluir
en pequeñas áreas de remanso delimitadas en la tela con el color blanco.
Desde
entonces optó por pintar con pastel sobre lino crudo. Y definió el nombre para
toda su obra: ritmos. Porque hay ritmo en la luz, en el agua, la tierra, el
horizonte, la vida, los pensamientos, las ilusiones, los sueños, en todo.
Ese principio es aplicable a su creación
poética y literaria, vertientes de su trabajo, conocidas, disfrutadas por unos
cuantos amigos.
Más
la conocemos como pintora. La pequeña muestra individual que hoy ofrece El
Ágora lo ratifica. Hace mucho que dejó a los críticos el trabajo de buscarle
ubicación a su obra en escuelas o corrientes pictóricas, mientras, incansable,
se dedica a la creación jugando con la orientación y las proporciones de líneas
y espacios, día tras día.
Para ser quien es, ha sabido pintar su raya
cuando ha sido necesario; por eso, espera que cuando le llegue la raya, sea una
de las pintadas por ella.
6 commenti:
Desta vez, prefiro a do meio e a de baixo, Myra.
São tão cativantes !
Beijo de início de semana, que desejo seja mais confortante para ti.
que bom que gosta, sabe Joao, os dias passam e nao me sinto nada bem...
beijos
Tens a visita de algum médico , Myra ?
nao, quem tem que ir sou eu! eles nao vem....quem veio me ver faz um mes e meu amigo urologo italiano, que me salvou varias vezes na Italia de pedras dos rins, sem ter que operar...mas e mais amigo agora e nao medico...aqui nao gosto dos medicos...fazem experiencias com os pacientes...por ex.. eu nao deveria ter feito a cistocopie....
beijo
Fala com a Sandra, Myra !
Lindos, todos:)
O meu preferido é o primeiro, em tons de azul!
Beijinhos e ânimo:)))
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