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Y un dia hace mucho tiempo, en uno de mis paises –
sabes que no tengo patria ni fronteras ni edad-
tengo muchos paises sin fronteras y recorrì todas
as edades, bueno como te decìa, un dia,
una niňa, asì de chiquita, - yo – estaba en la
ventana: Era una ventana como tantas, com um balcaozinho,
pero esta fuè
la ventana de mi vida.
Una ventana muy
especial.bella.Trāgica.Enorme.Pesada.Abierta.cerra
da.opaca jamàs.Querìa salir a jugar con unos
niños en la calle. Unos niños de la calle.
Deslizar en la nieve: Luchar con las bolas de
nieve.: hacer muñecos de nieve, como ellos.
Con ellos. Proibido.
En este instante tomé conciencia de tantas cosas.
De casi todo lo esencial.
Me dì cuenta en este instante que yo estaba de este lado
de la ventana – presa – y los niños del otro lado
de la ventana, libres.
Tomé conciencia de las fronteras.
De todas. Y me negué para siempre a
ellas. Allì empezò mi huìda.
No podia atravesar la ventana pero a travès de la ventana,
si, escapé. Escapé a través de los cristales de nieve
dibujados sobre ella. Vì niños y niñas e yo
igual de livre con ellos. Vì otras calles y
jardines. Vì otros cielos de mucho sol y me escapé
en cima de un caballo negro y me encontré a un
“haiduc” y me fui con él sobre el caballo por
entre montes y valles. Y era bella, muy bella, tan
bella como mi madre pero no tan distante…indiferente.
Y mis cabellos eran largos,
largos y mis ojos eran grises y azules.
Y yà no oìa la odiosa palabra, NO.
Y atravès de la ventana me vì crecer junto
a aquellos niños que luchaban con bolas de nieve
contra el muñeco de nieve.
Y atravès de la ventana me fui con mi padre
tan bueno, y siempre tan ocupado.
Fui con èl adonde él iba.
A todos aquellos lugares de donde
regresaba con todas aquellas odiadas muñecas,
que continuaba a traerme sin darse cuenta
de como yo las pateaba…
Y atravès de la ventana para siempre escapé.
Atravès de esa ventana crecì contandome
historias.
Era mi manera de sentirme libre.
Que mas podria contar de mi infancia?
Cosas tan teribles y tan banales yà,
como sentirse judìa en uno e aquellos paìses,
descubrir que se és judio en el modo como yo lo descubrì:
de la boca de una niña igual de chiquita,
y en gran secreto, al oìdo :” no puedo jugar contigo porque ustedes son
judios “,y tu preguntas a tu amiguita
– la primera – que era esto y ella responde
“ no sé pero debe ser algo muy feo “.
Y tuvimos que huir poco tiempo después, por ser judios.
Y habìan de pasar muchos años. …escapàndome – sola – atravès
de mi ventana que jamàs me abandonò.
Hasta que un dia, en otro de mis paìses, otra niña
me cerrò la herida: “ judia? Y que tiene ? a poco
pensabas que no lo sabìamos, que tonta eres !”
Rechazo de la amistad por ignorancia a temprana
edad. Amistad sin fronteras en la adolescencia.
Desde entonces, al igual que mi ventana de la
libertad, llevo para siempre conmigo, la amistad.
"haiduc" rumeno, una mezcla de guerillero e principe